Existen decisiones en la empresa que sólo pueden tomarse con cierta antelación, que llegan a condicionar su estructura económico-financiera, su desarrollo futuro e incluso su supervivencia. Estas decisiones deben estar basadas en el proceso de planificación financiera. Cuando planificamos lo que intentamos es decidir hoy lo que haremos mañana, eliminando el mayor grado posible de incertidumbre, algo más difícil en entornos turbulentos como los actuales, y tratando de ganar eficiencia en nuestra gestión.
Fuente: gestoresderiesgo.com
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miércoles, 7 de abril de 2010
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