La deuda de las empresas y las administraciones con sus proveedores sigue siendo un lastre para la competitividad de las compañías españolas. La patronal considera que, tras las restricciones crediticias, la morosidad es el segundo gran obstáculo con el que topan las empresas, sobre todo las pymes, para levantar cabeza. La vigente Ley de Medidas contra la Morosidad en las Operaciones Comerciales, de 2004, establece un plazo de 60 días como tope para abonar las facturas. Una apostilla, sin embargo, lo ha impedido: "salvo acuerdo de las partes".
Fuente: Elpais.es
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sábado, 5 de diciembre de 2009
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